Hace tres años que vine a vivir a esta ciudad de piedra y vino.
Y lo voy a celebrar con un poema que no publicaré en mi libro próximo porque es menor pero que escribí en una de esas noches pensando en asuntos de oficina: Oda negra al Turnitin.
El Turnitin es una herramienta de pago que debemos usar los profesores que dirigimos trabajos de fin de grado: dictamina el porcentaje de plagio de cualquier documento que introduzcas, y además "chiva" las fuentes. El turnitin es el terror de los alumnos, pero lo que ellos ni vislumbran es el sudor frío que acomete al pobre director cuando se encuentra con un porcentaje al rojo vivo...
Por eso, y porque mis compañeros de oficina son el noventa por ciento de mi felicidad en la Rioja... aquí dejo el poema.
ODA NEGRA AL TURNITIN
(Dedicada a Mónica Clavel
y a todos los profesores de la Universidad Internacional de la Rioja que dirigen TFGs)
y a todos los profesores de la Universidad Internacional de la Rioja que dirigen TFGs)
¡Oh, captador de plagios rutilantes!
Terror de las pantallas enemigas,
cuantitativo, inexorable, gris,
el dedo acusador de todo "paper".
El mundo era más fácil sin tu sombra
pero menos exacto, lo confieso.
Los alumnos te temen, pero menos
que yo, deshojador de margaritas.
Pues abro mi PC tan confiada,
pensando: "será todo blanco, limpio",
y sin piedad me ruges: "treinta y tres
por ciento". Di, ¿por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
Eres la solución, dicen algunos
y no el problema, pero los sudores
acuden a mi frente por tu culpa,
chivato cejijunto y cibernético.